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Descubriendo la Serra de Tramuntana

24-01-2020

Si hay algo en Mallorca que nada tiene que envidiar a su cristalino litoral es precisamente su sistema montañoso, de casi 90 kilómetros de largo, que ostenta el título de Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2011. Se trata de la Serra de Tramuntana, que se extiende desde Andratx hasta el Cabo de Formentor y se funde al costado con el mar Mediterráneo, dando lugar a un marco incomparable de naturaleza, esculpida por numerosos torrentes, envuelta por una exuberante variedad de flora endémica y salpicada por los pueblos más singulares de la isla. Todo ello, hace que la Serra sea uno de los tesoros más apreciados por los mallorquines y uno de los mayores atractivos turísticos de la isla que, gracias a la climatología de la isla, es practicable la mayor parte del año.

Si hay una manera de disfrutar del paisaje de Mallorca es accediendo a los rincones más especiales de la Serra, contemplar su naturaleza y algunas de las mejores vistas del Mediterráneo. El Torrent de Pareis y Sa Calobra, Sa Foradada, los embalses de Gorg Blau y Cúber, el monasterio de Lluc o los pueblos de Sóller, Deià, Fornalutx y Valldemossa - fue descrita por Chopin como el lugar más hermoso del mundo - son probablemente los sitios más emblemáticos, aunque la Serra está atravesada por incontables senderos que permiten disfrutar de sus bellos paisajes. El más famoso de ellos es la llamada “Ruta de preda en sec” (GR221), el mayor sendero de largo recorrido de la isla, que debe su nombre a las abundantes hileras de piedra que se encuentran a lo largo del camino en forma de paredes, márgenes, carboneras o casas de nieve, entre otras.

Con diferentes tramos de dificultad, la ruta une el Puerto de Andratx, al suroeste, con la localidad de Pollença, al noreste; aunque existen algunos proyectos para enlazar otras localidades, incluido uno que pretende circunvalar la isla a través de esta famosa ruta.

El itinerario actual serpentea a menudo cerca de la costa y, en algunos tramos, sube hasta los 1.200 metros de altura, por lo que el senderista podrá contemplar la diversidad de la flora que distingue a cada tramo. Además, este recorrido permite reencontrarse con interesantes vestigios históricos, que dan muestra de alguna de las tradiciones, artesanía y gastronomía típica de este lugar de la isla.

Sin duda, uno de los imperdibles de Mallorca, como bien saben los propios mallorquines.

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